martes. 16.04.2024

Por el camino del Cid

“Se hace camino al andar”… y con ese espíritu aprovechamos la Semana Santa, no ya para disfrutar de ocios que son negocio, sino para encontrarnos – de nuevo – con mis recuerdos de una infancia aragonesa – a 400 km. de Valdepeñas…

DESDE EL CAMINO DEL CID DE TERRER (Copiar)

“Se hace camino al andar”… y con ese espíritu aprovechamos la Semana Santa, no ya para disfrutar de ocios que son negocio, sino para encontrarnos – de nuevo – con mis recuerdos de una infancia aragonesa – a 400 km. de Valdepeñas…

Es tiempo para la reflexión, y contemplando los campos cerealistas que muchos años atrás, recorriera el Cid camino de Valencia, me percato que el histórico caballero ya no cabalga y su ejemplo ya no es ejemplo de nadie.

 ¡Lástima del que se distinguiera por su señorío, precursor de tantos nobles ideales que en nombre de no sé qué progresía ya no está de “moda” rememorar!

Alguien dijo que el sepulcro del Cid estaba bien sellado y cerrado. Los pueblos de Aragón están vacíos, sus torres mudéjar parece que apenas se mantienen y si acaso gracias a las ayudas europeas que salvaguardan un destino turístico tranquilo a tanto visitantes germanos, británicos, franceses, italianos, que son los que parecen  defender un patrimonio que es también suyo.

Menos mal que otros europeos parece que han encontrado su nuevo hábitat y no es raro encontrar en Calatayud, negocios regentados por rumanos y otros europeos del Este, que llevan sus niños a las escuelas públicas y recuperan la alegría de otros tiempos con más población. Sus calles no parecen medinas.

Parece que el personaje mantuvo en raya a los invasores de la media luna, mientras muchos miran con preocupación la proliferación de sus ropajes, como orgullosos que presumen que esta tierra fue de ellos en otros tiempos. ¿Haría falta otro Cid que pusiera algo de orden en un país que parece caminar por senderos de desunión como antaño?

De nuevo en Valdepeñas que ha celebrado una Semana Santa con más afirmación – si cabe – de sus viejas costumbres cristianas, defendiendo lo que nadie nos puede arrebatar “porque nos identificamos con ello”, mal que les pese a unos pocos nostálgicos de un laicismo que pregonan, defendiendo el ramadán que es más suyo y de sus posibles votantes”.

Por el camino del Cid