jueves. 28.03.2024

Al alimón con el Día Internacional de la Mujer.

No hace mucho según la escala de tiempo del universo,  en la era neolítica, el hombre un día, al salir a pescar se preguntó por su  estado, su discurso y narración (a la manera de  su mente neolítica), pues hasta entonces era amamantado con láctea, como a sus hijos y a los hijos de sus compañeros, cuando aún no se pronunciaba la palabra papá ni mama. 

No hace mucho según la escala de tiempo del universo,  en la era neolítica, el hombre un día, al salir a pescar se preguntó por su  estado, su discurso y narración (a la manera de  su mente neolítica), pues hasta entonces era amamantado con láctea, como a sus hijos y a los hijos de sus compañeros, cuando aún no se pronunciaba la palabra papá ni mama. Y  supongo que, mirando al cielo, ese hombre del neolítico se maravillaría  por la Vía láctea que para él serían puntos sin significado, ( quizá las primeras manifestaciones del arte fueran de las cavernas, se desarrollaron, en el mismo instante de tener la idea misma de presencia, y la constancia de ser papá y mamá, a partir de lo cual surgirían las intrincadas redes  de creencias, mitos y relaciones sociales en el periodo neolítico, posiblemente el punto de inflexión más importante en toda la historia de la humanidad, junto a la mujer que duda cabe que era el saber y la que proporcionaba leche. Salir del adormecimiento mismo le causó al hombre un mal patriarcado que ha durado hasta nuestro días, y que hoy mismo sigue inyectando los discursos mismos de las ciencias. Pero no nos equivoquemos. Malditos los que matan, en todos los sentidos. Pero no nos bajemos a ese feminismo instaurado en la ola de la moda juvenil. Tipo fans del grupo nocturno pop del momento, lanzado por la maquinaría de hacer dinero y los imaginarios colectivos equívocos de una noche de concierto, ya sin tambores, sin sonidos de la selva.     

Cuando el feminismo es empujado hasta el límite de intentar prohibir cualquier crítica a una mujer, pierde credibilidad absolutamente.

Y no hay nada más que repasar la actualidad en las últimas elecciones presidenciales de EEUU, en clave feminismo.

La teoría feminista aparece instrumentalizada por programas estadistas que buscan pasar agendas legislativas rápidamente. El feminismo se ocupa como una herramienta del poder para hacer avanzar los intereses de diferentes grupos. Por otro lado, el feminismo está siendo atrapado por los grupos de poder cercanos al Estado, corporaciones, fundaciones muy ligadas a los servicios externos de los engranajes del poder gubernamental, los mismos que designan las políticas públicas. Guste o no guste, la cuestión positiva es que como asociación, el feminismo podrá entrar al estatus privilegiado del Estado en la formalización de políticas públicas, pendiendo, acatando y mediando.

Positivas interdependencias que revelarán la interpretación del relato de los próximos cinco años, para lo cual, el Estado diseñara un escenario corporativo, el que normalmente recurre para proveerse de capacidad de realización administrativa. Llegados a este punto, cabe preguntarse sí puede incorporarse en la agenda política institucional una variable de colaboración Feminismo-ecologismo y decrecimiento, para el buen vivir, y taponar el crecimiento económico, fuente principal del capitalismo despiadado, capitalismo de amiguetes y avanzado algoritmo destructor de la biosfera, biodiversidad, y destrucción de los habitat: y por lo tanto lo que habría que buscar es un neo corporativismo capaz de taponar las dinámicas del Estado asociativo con el capitalismo avanzado global, y aprovechar el fenómeno legitimo del Feminismo, para vincular al juego político un feminismo-masculino integral y renovador de nuestras vidas, haciendo un desdoblamiento conceptual revelador y capaz de establecer una dirección diferente de nuestro futuro cercano, reivindicando en el presente, no solo derechos para la mujer, sino para el planeta mismo, para todos y todas, aunando un conjunto de luchas e intervenciones sobre un feminismo ecológico que acabe con los cientos de miles de años de lucha entre sexos y clases sociales, entre progreso y superstición, tecnocracia, burocracia y nos despierte para salir de la Matrix misma de nuestra arrogancia . Por que somos gente bien intencionada, pero nos falta voluntad.

Por otro lado la teoría ecologista dista mucho de la moda verde, del capital verde que compra dióxido de carbono y contamina más si cabe, por poner un ejemplo, por que en realidad lo que busca el ecologismo (muy sucintamente, claro) es un uso racional de la capacidad de los recursos de la biosfera, hoy rebasados sin lugar a dudas, y donde la cuenta atrás ya ha empezado, para colapsar: El Antropoceno ha llegado para quedarse, la crisis ecológica adquiere dimensión mundial. Por lo tanto  Feminismo y ecologismo son dos filosofías, dos éticas, dos teorías críticas de la sociedad, dos sensibilidades que tienen que encontrarse necesariamente porque el futuro tiene que ser ecologista y feminista o no será.

O esto, o desligarse y proclamar la praxis, la acción misma.

Al alimón con el Día Internacional de la Mujer.