jueves. 28.03.2024

“Maestros periodistas: Ruano”

César González-Ruano Madrid, 1903-1965. Considerado poeta, entrevistador, escritor y articulista, según Manuel Alcántara, publicó treinta mil artículos.

- Recuerdo o me viene a la cabeza, sin yo desearlo o quererlo, pero sin menosprecio, el consejo que decía Umbral, que le había dado Ruano para escribir un artículo, el principio y el final, sobre un mismo tema, y en medio, como un bocadillo, que pusiese lo que quisiera.

Me parece que esto es esencial y demasiado pertinente, porque nos enseña, diríamos una faceta del periodismo de opinión, que mezcla todos los estilos, temas, lenguajes, formas y maneras. Y, de muchas maneras, y formas, muchos somos deudores de esa forma de redactar, pensar, sentir.

Dicen, muchos de los vates de las letras españolas, entre ellos Umbral, que los siglos literarios de esta Piel de Toro, están divididos entre los quevedistas y los cervantistas. Y, que no hemos avanzado. Diríamos que en el articulaje periodístico, nos dividimos entre los de Camba y los de Ruano. Camba, por lo general, cogía una idea y la retorcía y la estiraba y la alargaba, de principio a fin, es decir, desarrollaba, datos, argumentos, razones. En la medida de las mil palabras, o menos o un poco más, según el tipo de artículo.

Por consecuencia, todos nos movemos en esas dos líneas esencialmente, o somos “cambianos” o somos “ruanistas”, o ambas realidades, según el tema del artículo, según el ánimo te haya despertado esa mañana o tarde, según el medio periodístico dónde acabará besando, esas reflexiones de palabras.

- Al analizar, al homenajear a un autor, a un gran autor, como el presente, tenemos que admitir, que tiene sombras y luces, pero que tú, estás en estas modestas palabras, ya podrá haber otras en el futuro, para intentar aclarar las luces, y no reivindicar las noches y obscuridades. En casi todos los grandes de la cultura, salvo, quizás pocas personas y excepciones, no va demasiado bien unido “lo ético y estético”, una buena ética amando a una buena estética.

Quizás, como la mayoría, no pondré nombres, pero ocurre en las artes y en las ciencias y en la filosofía y en el periodismo. Caminaría el mundo mejor y más deprisa, si “tuviésemos una ética más correcta, y una moral práctica más correcta, y así, estimo que realizaríamos un oficio cultural más profundo y más esencial”. Con esto, no niego las obscuridades del personaje, pero no podemos negar, sus claridades, y que el resto lo juzguen, los críticos y el Buen Dios, que ya lo habrá hecho.

No recuerdo, quién decía, quizás defecto del “exceso de lecturas y de decantación de pensamientos e ideas y observaciones”, que ya, junto con la edad, ya no sabes, qué ideas son tuyas, qué ideas son del ambiente, qué ideas son de aquel autor, cuales has ido transformando y sumando unas y otras, y al final, vuelve otra idea, que ya no sabe, de quién es. Partiendo de ese principio, jamás intentando apropiarme de la propiedad conceptual de nadie. No recuerdo, quién decía que nos enfrentamos a los grandes autores y grandes obras, para intentar entender y comprender la realidad, a nosotros mismos, a los demás, la naturaleza, la sociedad, la cultura o la metafísica.

Por tanto, nos acercamos a este gran periodista, yo diría columnista, para intentar, confrontarnos de alguna manera con su obra. Es decir, uno, que es un modesto articulista, intenta saber el lugar, cultural o conceptual, en el que me muevo, y en el que debería estar o ser o reconocer o buscar o dirigirme…

A veces, pienso, que mi producción en el subgénero del artículo periodístico, mezclando la literatura, la filosofía, el arte y desde luego, algunos aspectos de la realidad. Creo que camina encima de los grandes personajes, personas, a mitad, grandes literatos, mitad grandes escritores de artículos, citar nombres, sería solo dedicar un artículo a citar uno tras otro. Desde muy joven, empecé a leer artículos, incluso, recuerdo que el primer libro, en mi adolescencia más adolescencia que compré por mi cuenta, sin saber lo que adquiría era de artículos de Maeztu.

Por tanto, estoy indicando, entre otras realidades, no mi sabiduría personal, ni mi experiencia, sino que me baso en “hombros de gigantes”, como Newton, aunque la historiografía actual, indica que jamás expresó esta frase, pero quizás, en este ejemplo, el gigante que se subió aplastó a casi todos los anteriores, aunque sin ellos no habría florecido.

¿Qué quiero indicar, porque al final, el artículo es una forma de narrativa y de poética y de poesía y de concepto? Que la concepción del artículo periodístico que tengo, es intentar, realizar obras, que no solo sirvan para el presente, sino si la sociedad humana y todos los vericuetos que en ella intervienen, desean o quieren. Puedan ser leídos, con fruición y aprendizaje y sirvan, para generaciones futuras. Es decir, considero el artículo, no como una cosa menor, no como algo que se hace entre la escritura de dos novelas, o al amanecer o al atardecer, siempre en medio o al principio, de otra gran realidad cultural productiva. Sino que considero el artículo como una obra de arte en sí.

Igual que el dibujo se ha reconsiderado, y ha estado durante siglos, como simples boceto, Miguel Ángel tiraba los dibujos y los bocetos, según dicen, de la Capilla Sixtina o de sus esculturas, y solo han quedado algunos de toda su producción. Pues ahora, esto nos hace arrancarnos los cabellos de todos los lugares y geografías. Pues ahora, reivindico el artículo como instrumento y recipiente donde podría estar la gran literaria y filosofía y periodismo. Incluso, el artículo periodístico, en forma de editorial o de columna o de artículo...

Y, como tantas veces, he reivindicado de los viejos griegos, “no sirve ninguna filosofía, que no cure alguna enfermedad”. Pues, quizás, se necesitaría un gran diccionario o directorio de articulistas de Celtiberia de estos dos últimos siglos, y en cada región administrativa, uno, por cada una de ella. Aunque fuese virtual.

También un segundo consejo, ahora, que al menos hay mil periódicos digitales trotando por la Piel de Toro, yo, si formase parte de los equipos de dirección de ellos, estudiaría y analizaría “abrir una pestaña o una sección”, para publicar artículos del pasado de los grandes articulistas que por estos mares y suelos han estado. El pasado no está tan lejano, en problemas, conceptos, y nos podrían ayudar mucho para el presente. Paz y bien y salud.

“Maestros periodistas: Ruano”