viernes. 29.03.2024

Historia del Flamenco en Valdepeñas

Publicado por la valdepeñera Asociación Cultural Flamenca “Fosforito” y patrocinado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la Ciudad del Vino, ha visto la luz el libro “Historia del Flamenco en Valdepeñas”, coordinado por el cantaor Lázaro Abad “El Valdepeñero” y con una introducción del profesor Francisco Esteban Verdejo y el cantaor Demetrio Antequera.

Publicado por la valdepeñera Asociación Cultural Flamenca “Fosforito” y patrocinado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de la Ciudad del Vino, ha visto la luz el libro “Historia del Flamenco en Valdepeñas”, coordinado por el cantaor Lázaro Abad “El Valdepeñero” y con una introducción del profesor Francisco Esteban Verdejo y el cantaor Demetrio Antequera.

Dicho libro, que  es muy interesante y curioso para todos los aficionados al cante y que está profusamente ilustrado con fotos, reseñas y artículos sobre el tema, se divide en dieciocho capítulos, en los que hace un recorrido por la historia del Cante Grande en Valdepeñas, ciudad manchega vinatera y famosa mundialmente  por sus caldos, pero que siempre ha tenido una gran afición al flamenco, desde los finales del siglo XIX hasta nuestro días, en las que existen varias asociaciones flamencas, como la citada   editora del libro y  la muy activa Asociación Cultural Flamenca “Virgen de la Cabeza”,  que tan grandes artistas trae a La Ciudad del Vino, algo muy de agradecer, ya que es  más propio de Andalucía, tierra de buenos profesiones y de peñas de aficionados,  que de Castilla-La Mancha.

A finales del siglo XIX a  Valdepeñas se le conocía popularmente, como “El Dorado”, dada la enorme riqueza que producían sus vinos blancos y tintos, que se vendían en toda España y se exportaban al extranjero, especialmente, tras  poner en funcionamiento el famoso “Tren del Vino”, en 1861, lo que permitía a los bodegueros acercar sus vinos a los puertos de mar, donde eran embarcados  los fudres,  bocoyes y barriles para los diferentes destinos, que eran muy diversos, llegando a salir,   en 1891,  6800 vagones cargados de cubas del néctar de Baco  de la estación de ferrocarril de Valdepeñas, cantidad muy  a tener en cuenta, lo que convirtió a dicha población en una ciudad industriosa y rica, en la que corría el dinero y  llegó  a tener  varios teatros,  cinco casinos y seis cafés cantantes, que estaban siempre repletos de público, ya que venían  los mejores artistas, el elenco de figuras de aquella época dorada  de la patria chica de Gregorio Prieto, Juan Alcaide, Francisco Nieva, Sagrario Torres, Lorenzo Luzuriaga y tantos otros.

 En aquella próspera Valdepeñas, abundaban  los teatros, los  citados cafés cantantes y  las  bodegas, entre otros locales, en los que había mucha afición al cante “Jondo”, lo que ocasionaba, que se organizaran espectáculos, reuniones y juergas,  en las que se bebía vino y se cantaba flamenco, pasando por ellas auténticas glorias nacionales del cante, entre otros: Antonio Chacón, Manuel Vallejo, La Niña de los Peines, El Pinto, Manuel Torres, “El Cojo” de Málaga, El Niño Gloria, Juan Breva, La Macarrona, acompañados por excelentes maestros de la guitarra, como, Ramón Montoya, Niño Ricardo, Sabicas, Melchor de Marchena, Perico el del Lunar, Diego del Gastor…

También  había  cantaores y guitarristas locales, que eran buenos  al cante y al toque y actuaban en los “Cercaos”,  acompañados con unas copas de vino de la tierra, cuando los vinos se elaboraban de forma artesanal en tinajas de barro y se conservaba en las cuevas excavadas en la piedra.  

Tiempo después, ya en la década de los años 40- 50 y 60 del pasado siglo, seguía la tradición y continuaba habiendo fiestas es las bodegas de la Ciudad del Vino, en las que venían a cantar los grandes cantaores del momento, especialmente en  la conocida  bodega de Aurelio “El Mayoralote” y en los Teatros-Cines locales, donde actuaban las primera figuras: Juanito  Valderrama, Pepe Marchena, Chocolate, Canalejas de Puerto Real, Pepe “El de la Matrona”, Juanito Maravillas, Rafael Farina, Marifé de Triana, Enrique Montoya…

Actualmente, las nuevas generaciones, salvo raras excepciones,  no tienen tanto interés por el  Cante Grande, pero la lectura de este libro les puede animar a conocer la historia del cante en la ciudad natal de Tomás de Antequera,  El Niño de Valdepeñas y Paco Valdepeñas, entre otros cantaores  y bailaores paisanos   que llegaron a triunfar y fueron figuras en el mundo del espectáculo, algo tan difícil de conseguir.

Hoy en día, en Valdepeñas, la que en los principios del pasado siglo,  se le conocía por “La Dorada del Flamenco,  sigue habiendo buenos cantaores y guitarristas locales,  como José Carceller, Lázaro Abad “El Valdepeñero”, Demetrio Antequera, Quintana de Valdepeñas, José Fernández “Joselete”,  Poli Bellón, Vicente Fernández Gavilán, Antonio Fernández “El Mairenas de Valdepeñas”, “El niño  Chabolena”, entre otros.

Bienvenido sea este libro, que nos documenta e informa sobre la “Historia del Flamenco en Valdepeñas”, que se puede adquirir en las librerías, aunque yo lo he comprado en el  emblemático Bar Penalty, antigua taberna “Casa  Álvarez, fundada en 1926 por el abuelo de mi buen amigo José Luis Álvarez, actual propietario y miembro de la tercera generación de hosteleros, que aprendió el oficio de su padre y de sus tíos, todos ellos  expertos taberneros, cuando el famoso “Aloque”, que era el vino tinto clarete que se hacía en Valdepeñas, se servía desde las preciosas frascas de cristal, que entonces utilizaban todas las tabernas, bares y mesones,  ya que, en aquellos años,  el vino de Valdepeñas y de otras zonas vinícolas,  se vendía mayoritariamente a granel, en pellejos, cubas y garrafas, desde donde había que “trasegarlo” a las impolutas frascas, que daban mucho trabajo, ya que había que fregarlas y rellenarlas  todas las noches.

http://www.joaquinbrotons.com

Historia del Flamenco en Valdepeñas