viernes. 29.03.2024

Adoctrinamiento

¿Adoctrinar es malo? No. Porqué va a ser malo divulgar, extender, convencer, sobre una determinada forma de pensar. El católico hace muy bien en divulgar los fundamentos de su religión, está convencido de que sus creencias son las mejores y trata de convencer a los demás. El independentista cree que separarse del país al que pertenece es la mejor solución; y por ello trabaja en la divulgación de sus posiciones. Lo mismo que el unionista piensa que la unidad es mucho mejor que la separación, y así lo defiende. Nada que objetar.

Lo que es malo, pésimo, intolerable, es manipular, prostituir, aquello que utilizamos como adoctrinamiento, y no lo es. Lo que es malo es defender con uñas y dientes el adoctrinamiento de mis posiciones, al tiempo que no toleramos o condenamos el adoctrinamiento de la posición contraria. Lo que está siendo perverso es utilizar el concepto adoctrinar en lo relativo a valores universales. Divulgar y defender las creencias de la religión budista es adoctrinar; pero enseñar y defender, valores como la tolerancia, o los derechos humanos, no es adoctrinar.

Resulta incoherente y malvado adoctrinar a los niños catalanes, no en sus creencias, no en sus identidades, -que es legítimo-, sino en sembrar inquina y odio contra los demás mediante falsedades. Se puede adoctrinar; se puede y se debe enseñar los valores de ser español. El orgullo de nuestra historia. Pero no con mentiras, no tergiversando la realidad. Nuestra historia tiene capítulos que nos deben llenar de orgullo, pero otros no tanto; y ocultarlos, escondiéndolos o presentarlos con engaños, no es adoctrinar, es sencillamente engañar.

Repele a la inteligencia oír que la enseñanza de valores universales es adoctrinar a nuestros alumnos, precisamente a quienes pretenden imponer la doctrina de una determinada religión. Las creencias religiosas son particulares de una determinada comunidad, y deben ser doctrina en el ámbito exclusivo de esa comunidad; pero no es un derecho público. Los valores universales como la solidaridad, la tolerancia, la igualdad de oportunidades y en general, todos los derechos humanos, deben ser el fundamento básico de la enseñanza. Eso no es adoctrinar. Es la obligación de enseñar y atender actitudes imprescindibles para la normal convivencia.

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