sábado. 20.04.2024

Un binomio político

No seré yo quien critique a Cospedal por ser de derechas, ni a García Page por ser de izquierdas. Derecha e izquierda son dos opciones ideológicas dignas de todo respeto. En sí mismas no son ni el bien ni el mal, como algunos propagandistas mediáticos pretenden hacernos ver. Respeto absoluto a la opción de cada uno, tanto si es elegible, como si es elector. Lo que sí es criticable, lo que sí se hace necesario analizar, es la coherencia con su propia ideología, y los errores de actitud política, cometidos al margen de sus ideologías respectivas.

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Y digo esto, porque, lo que hemos oído a Emiliano García-Page, antes y después de ser elegido presidente de Castilla-La Mancha, es coherente con la ideología de izquierdas, es el discurso propio de un representante de la socialdemocracia. Tendrá aciertos y errores, como cada hijo de vecino, pero su discurso es coherente con la ideología con la que se ha presentado a los electores. Y además de ideología, hay una actitud política, de conocimiento y servicio hacia quienes pretende gobernar.

Su mensaje de campaña, y las medidas adoptadas en el breve tiempo que lleva, es prueba de ambos aspectos. Los planes de empleo y la recuperación en el campo de la Sanidad, la Educación y la Dependencia son coherentes con la ideología que representa; y la defensa de los intereses de Castilla-La Mancha es prueba del conocimiento de nuestra región y de las necesidades de los castellano-manchegos.

Lo malo de Cospedal no es que fuese de derecha, que lo es, y eran de esperar sus políticas; con toda legitimidad, aunque algunos las consideremos políticas fracasadas. El problema es que, por un lado no ha sido coherente con su propia ideología, y por otro un desconocimiento y una falta de conexión con sus gobernados, que le han llevado indefectiblemente al fracaso en su gestión.

En Cospedal, el liberalismo y el cristianismo, esencia de los partidos conservadores de derechas, han brillado por su ausencia. Y no menos determinante de su fracaso, han sido, anteponer su exagerada y no confesada prioridad en favor de lo privado, y un desconocimiento absoluto de nuestra región, porque su punto de mira ha estado siempre en sus aspiraciones a recolocarse en los órganos nacionales de su partido.

Un binomio político