viernes. 19.04.2024

La derecha gana

¿Y cuando no? Si echamos un vistazo a todo el siglo XX, todos los enfrentamientos convulsos, empezando por la Regencia, y siguiendo por la Monarquía, la República, la Guerra Civil, la Dictadura, hasta en democracia, la derecha siempre se ha llevado el gato a sus aguas. Pero no por méritos propios, y eso es lo más indignante. Reconociendo todo el mundo que su papel, -tanto su actuación como su actitud-, ha sido impresentable e intolerable. Pero gana las batallas. ¿Por qué? Porque la izquierda se lo regala, se lo pone a huevo, le extiende a sus pies la alfombra roja.

¿Y cuando no? Si echamos un vistazo a todo el siglo XX, todos los enfrentamientos convulsos, empezando por la Regencia, y siguiendo por la Monarquía, la República, la Guerra Civil, la Dictadura, hasta en democracia, la derecha siempre se ha llevado el gato a sus aguas. Pero no por méritos propios, y eso es lo más indignante. Reconociendo todo el mundo que su papel, -tanto su actuación como su actitud-, ha sido impresentable e intolerable. Pero gana las batallas. ¿Por qué? Porque la izquierda se lo regala, se lo pone a huevo, le extiende a sus pies la alfombra roja.

¿Quién dijo que Rajoy no hacía nada, que solo esperaba leyendo el Marca? Los que lo hemos dicho nos hemos equivocado de cabo a rabo. Rajoy no ha estado quieto. Ha esperado, que es una manera de actuar; ha esperado a que la fruta estuviera madura; ha sembrado toda la cizaña a su alcance para contribuir a la desunión de la izquierda. Y cuando ya la izquierda no tiene la más mínima posibilidad de presentase como alternativa, ¡zasca!, pacta hasta con los independentistas que rompen España.

Y, ¿qué hace mientras la izquierda en estas ocasiones? Los distintos sectores de la izquierda, dedicados a robarse el espacio político e ideológico. A ver si Pablo anula a Pedro, o Pedro anula a Pablo. Pedro y Pablo, Pablo y Pedro, que no San Pedro y San Pablo. Y dentro del propio territorio de San Pedro, -perdón de Pedro Sanchez-, liados a mamporrazos, unos contra otros, para defender y mantener su posición de privilegio, o para derribar al otro. ¡Quítate tú que me pongo yo! Una lucha cainita para gozar de privilegios, a todos los niveles. Y no digamos “San Pablo”. La decepción hecha figura humana. Cada vez que dice “tiendo la mano al PSOE”, cuidado, tiembla, que anuncia la zancadilla para que se estampe las narices.

Y ¿el PP no hace eso? Por supuesto que también, y a más alto nivel. Se mueven hasta por Suiza y Panamá. “Pero el borrico en la linde”. Mientras Pedro y Pablo “se tienden la mano”; Rajoy ha ganado el primer set del partido. Ha ganado en su especialidad: intervenir en los poderes del Estado para utilizarlos. Ya tiene el control del Parlamento. Indispensable en una etapa en la que la política no se va a desarrollar en Moncloa sino en el Congreso de los Diputados. La derecha más lista.

La derecha gana