El Partido Popular, que hasta hace un cuarto de hora ha sido la única representación de la derecha española, se ha pasado una buena parte de su historia reciente hablando de tripartitos de izquierdas, de pactos de perdedores, y de abundar en la idea de que debía gobernar la lista más votada. Todo eso ya ha pasado a la historia; ya se ha olvidado; ahora los pactos de perdedores los programa la derecha. La característica de un buen político, o de un partido que pretende representar una ideología, debe ser siempre la coherencia. No puede cambiar según la dirección en que sople el viento. Abandona la coherencia y pierde la credibilidad.
¿Por qué ha cambiado ese discurso la derecha? Porque hasta hace un cuarto de hora todas las derechas estaban integradas en el Partido Popular. Y ahora se ha desintegrado. Se ha desintegrado porque para el PP era, es, insostenible la imagen de un partido que ha traído desigualdad, pobreza y precariedad; porque ha basado sus estrategias en la mentira; y porque la corrupción ha llegado, y queda mucho por llegar, a las sentencias de los jueces.
Por eso se forman partidos en su entorno ideológico, que sirvan para acoger a los desencantados, que tarde o temprano, se tenían que ir. Vox y Ciudadanos no es más que un refugio de los que han huido. Está muy claro que a partir de ahora van a intentar el “pacto de perdedores” sumando los votos de un tripartito que hasta hace un cuarto de hora era solo el voto del Partido Popular. Así que se acabó lo de exigir que gobierne la lista más votada. Ahora buscarán el pacto tripartido de perdedores.
Así es fácil comprender que Vox, PP, y Cs, sean, son, la misma cosa; representan la misma, o muy parecida ideología; presentan las mismas políticas. En público se tiran los trastos a la cabeza para luchar por tener la mejor posición en ese tripartito. Pero no; solo se blanquean unos a otros. A pesar de los intentos de buscar, de encontrar su espacio propio, de hacer ver que son muy distintos…, es la misma derecha que hemos tenido en España desde que llegara Aznar a la política: “Hablar mucho del patriotismo de banderas, propio de nacionalismos populistas para esconder sus verdaderas intenciones neoliberales y privatizadoras”.