viernes. 29.03.2024

Liberalismo falaz

Pablo Casado, igual que sus antecesores, no se cansa de repetir que cuando el PP llega al Gobierno tiene que arreglar el desaguisado que han dejado los socialistas. Y todavía quedan algunos que se lo creen. “Zapatero fue el culpable de la crisis que dejó arruinada a España”. Algunos se lo han creído; por eso lo siguen diciendo; si no se lo creyera nadie, dejaban de decirlo. “Llegó Rajoy y arregló el estado ruinoso en que nos dejó Zapatero” La prueba está en que por culpa de ese estado ruinoso, tuvo que cargarse, en gran medida, la dependencia, la sanidad y la educación, a base de recortes y austeridad. Recortes que en lugar de disminuir la deuda, que sería la consecuencia lógica, la aumentó considerablemente; pasó del 70 % del PIB al 98 %.

¿Dónde está el arreglo del PP? ¿No será que sus verdaderas intenciones, no eran arreglar la economía, sino privatizar los bienes de todos? Una cosa es el liberalismo económico, que no comparto, pero respeto, y otra muy distinta es lo que hace la derecha española cuando llega al poder. No es que ponga en práctica el liberalismo, es que lo utiliza como pretexto, para introducir una dinámica social y económica que favorece a una clase privilegiada, aumentando las desigualdades.

Casado anuncia una revolución fiscal. ¿Qué revolución es esa? Piensa bajar el tramo impositivo del 46 % al 40 %, -palabra de Casado- Ya lo bajó Aznar del 54 % al 46. Y digo yo: ¿Quiénes son los que pagan el 46 % de sus ingresos? ¿Son las clases medias y trabajadoras? Nooo. Son los ciudadanos de mayor poder adquisitivo. ¿Esa es la revolución fiscal?. Promete eliminar el impuesto de sucesiones, donaciones y transacciones. ¿Son esas las operaciones que hacen regularmente las clases medias y trabajadoras? Nooo. Y lo más gordo: Esas bajadas de impuestos a las clases más pudientes, hacen bajar la recaudación y hay que suplirla con tasas e impuestos indirectos que aumentan la presión fiscal sobre las clases menos pudientes.

Contra el totalitarismo de la mentira y el engaño, situemos el debate de campaña con propuestas claras y entendibles sobre una reforma fiscal, que como en los años ochenta vaya encaminada a paliar las desigualdades y a fortalecer las clases medias y trabajadoras. Así se consolida una economía sostenible. La socialdemocracia tiene la obligación de revertir esta situación, -de liberalismo falaz-, definiendo con claridad, tramos, porcentajes, impuestos indirectos, etc. etc. etc. Lo esperamos.

Liberalismo falaz