viernes. 19.04.2024

Le malaise des banlieues

Sí. Ya lo dijo Pasolini, hace 40 años: “Ahí abajo hay muchas ganas de matar” Y de esas ganas de matar habrá que ocuparse más pronto que tarde, si queremos comprender algo y salvar un poco. Se refería al malestar en los suburbios. Hoy tiene más vigencia que nunca, aunque Nicolas Sarkozy, y otros muchos, no quieran verlo. Sí. Ya lo dijo Pier Paolo Pasolini, que murió en noviembre de 1975, y acertó de cabo a rabo, como lo estamos viendo.

Sí. Ya lo dijo Pasolini, hace 40 años: “Ahí abajo hay muchas ganas de matar” Y de esas ganas de matar habrá que ocuparse más pronto que tarde, si queremos comprender algo y salvar un poco. Se refería al malestar en los suburbios. Hoy tiene más vigencia que nunca, aunque Nicolas Sarkozy, y otros muchos, no quieran verlo. Sí. Ya lo dijo Pier Paolo Pasolini, que murió en noviembre de 1975, y acertó de cabo a rabo, como lo estamos viendo.

Yo comprendo que François Hollande, ahora en caliente, y para evitar males mayores, para luchar contra esta lacra insoportable e intolerable, piense que no tiene otro camino que el del exterminio de los yihadistas del Estado Islámico. Es posible que se los cargue a todos. No. A todos no. Siempre quedará un residuo que se autoalimentará con esas ganas de matar, y con los errores de Occidente.

Dice Jorge Dezcallar, director del Centro Nacional de Inteligencia en España y embajador en el Vaticano y en Estados Unidos: “Los exterminamos, cosa que posiblemente resulte fácil, pero ¿y ahora qué?” Pues ahora toca corregir los errores cometidos por Occidente respecto al mundo árabe, dentro y fuera de nuestros dominios. Ahora toca iniciar una campaña de Alianza de Civilizaciones.

Nos alarmamos cuando las masacres nos afectan directamente, pero negamos ayuda a los miles de refugiados que huyen diariamente de esas masacres; entonces nos damos cuenta de la gravedad, del sufrimiento. Cuando nos interesa les vendemos armas, pero no ayudamos a las zonas que están en total subdesarrollo. Ayudamos a unos para que se enfrenten a otros. Las políticas de Occidente están encaminadas a proteger intereses económicos y estratégicos. No protegemos ni defendemos a los sectores sociales que están siendo humillados.

Eso, allende los mares. ¿Y aquí? ¿Ayudamos a los marginados en barrios para que se integren? No debe extrañarnos que a los ciudadanos de Occidente nos miren como enemigos. ¿Lo justifico? No. Pero falta un esfuerzo para comprender “le malaise”.

Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com

 

Le malaise des banlieues