jueves. 28.03.2024

No nos engañemos

Señores del PSOE: “No nos engañemos” El adversario, el enemigo político de la socialdemocracia es la derecha. Una derecha que no ha sido lo que dice su ideario; una derecha no conservadora, ni liberal, ni mucho menos democristiana. Ha sido una derecha, en Cataluña y en el resto de España que nos ha traído desigualdad, mucha desigualdad, pobreza, precariedad, y una corrupción que no tiene precedentes. Una derecha, la catalana y la del resto de España, que está en buena parte en el origen de la fractura que ahora sufrimos. Una derecha que ha estado echando gasolina al fuego para tapar vergüenzas y para obtener cuatro miserables votos. Esa derecha que ahora pide ayuda, a quienes ha ninguneado sin parar, para que le apoyen en las difíciles decisiones que no tiene más remedio que poner en marcha.

¿Esto viene a cuento? Sí. Viene a cuento porque la socialdemocracia que representa el PSOE, con gran sentido de Estado, y a pesar de conocer lo que ha hecho la derecha en un pasado demasiado reciente, apoya la aplicación del 155, porque era necesario; había que cortar el desmadre del Govern de Cataluña.

Pero ojo. Apoyar esa medida extremadamente arriesgada, pero necesaria, no puede significar, no significa, que se vaya a ir de la mano en todo lo demás. Un analista político decía el otro día, que, al final Rajoy se ha salido con la suya de presentarse ante su público como el urdidor de una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos. La coalición que él ha soñado siempre de partidos constitucionalistas. Cuidado que defender la Constitución no implica ser compañeros de cama.

El PSOE tiene que tener muy presente que es un partido de izquierdas; y que, -con sus inconvenientes y sus dificultades-, es, en la izquierda donde debe, en primer lugar, buscar sus compañeros de viaje. No puede olvidar nadie, que cuando el PSOE ha gobernado en Cataluña no han pasado estas cosas. Los grandes logros de autogobierno en Cataluña, y los grandes progresos en bienestar social en toda España, los ha conseguido el PSOE. El PSOE está obligado a tomar la iniciativa en este gravísimo momento, grave por el conflicto territorial y por la desigualdad y la corrupción. Debe lanzarse ya, con fuerza y unidad, a gobernar en Cataluña y en España, articulando un relato convincente de progreso, entendimiento y tolerancia.

No nos engañemos