jueves. 25.04.2024

Objetivo y método

Estamos oyendo, y más que nos queda por oír, sobre pactos, y pactos, y pactos. La mayoría de las posibilidades que se barajaban antes de las elecciones, los números han acabo con ellas. El recuento de los votos ha fulminado muchas de esas opciones que la semana pasada suscitaron tanta discusión. Los españoles han dejado muy claro que solo caben dos posturas: o Gobierno socialista en solitario con continuos pactos y consensos, o Gobierno progresista de coalición. Lo demás ha ido a la papelera, para destrucción y posterior reciclaje.

El hecho de quedar solo estas dos opciones ha despejado el horizonte de tal manera, que se ha garantizado la estabilidad. Así lo han interpretado los mercados, que han recibido la noticia con tranquilidad y optimismo, así lo ha manifestado la Unión Europea. El mensaje, que durante la campaña se ha transmitido, de que la ultraderecha estaba influyendo en las derechas, preocupaba y mucho en Europa, en primer lugar por el retroceso que suponía, para España, y en segundo lugar, el peligro de contaminación hacia el resto de la comunidad europea.

Pero vayamos a las dos únicas opciones que permiten los resultados del 28-A. Tanto si Pedro Sánchez logra la investidura a un gobierno en solitario con personas de prestigio, como si opta por un gobierno de coalición con partidos progresistas, tendrá ventajas e inconvenientes. Ambas opciones presentan muy buenas perspectivas, pero ambas, encierran serias dificultades. El camino hay que trazarlo sin confundir lo que son objetivos, con lo que son las vías para lograr esos objetivos.

Pedro Sánchez y el PSOE deben tener, -y lo tienen-, muy claro los objetivos. Tienen que emprender la larga y difícil tarea de reconstruir la destrozada socialdemocracia en España. Tienen que diseñar políticas propias de un Partido, Socialista, Obrero, y Español, con 140 años de historia. En solitario o en coalición; eso es secundario; es un instrumento para lograr los objetivos. Pero primero los objetivos. Es irrenunciable, se pongan como se pongan los unos y los otros. Los objetivos encima de la mesa, y el que quiera que venga a verlos; el que quiera que los apoye; solos o acompañados; eso es secundario; muy importante, crucial, pero secundario. No será fácil. Hace falta convicción, diálogo, inteligencia, y mucho sentido de Estado.

Objetivo y método