jueves. 28.03.2024

Pasado y futuro

En estos días se tiene la sensación de que no hay presente. Como si todo fuera pasado o futuro. Solo pensamos en hacer balance de lo pasado y propósitos para un futuro que empieza mañana. Y no es así. Hay una realidad presente, que se ha ido forjando, eso sí, en ese pasado que ahora acaba: Hay una realidad presente, que hay que analizar y encarar, para que el futuro sea mejor. Y no vale hacer los mismos propósitos que se hacen siempre de forma rutinaria. Vamos a comer menos, vamos a ir al gimnasio, y vamos a dejar de fumar. Y así pasa: como los propósitos son tan rutinarios, al final acabamos en la rutina de no cumplirlos.

Si nos consideramos, como lo que somos: piececitas de una maquinaria de orden superior llamada colectividad, nos encontraremos con un presente que no es el que nos habíamos propuesto, ni mucho menos. Vamos a analizar la realidad presente, vamos a ver lo que merece la pena conservar, y vamos a corregir los errores del pasado, que nos han sumido en esta realidad. Sin rutinas, y sin engañarnos a nosotros mismos haciendo trampas para desfigurar esa realidad.

¿Qué hemos hecho mal? No hemos sabido afrontar al cambio del bipartidismo a la pluralidad; los partidos han funcionado exclusivamente como máquinas para hacer campañas, y no como catalizadores de las necesidades reclamadas por la sociedad; se ha fundamentado el debate en machacar al adversario, no en confrontar ideas que nos encaminen hacia un futuro mejor; se han prostituido las ideologías. Todo ello ha ido creando un clima de inestabilidad que es necesario superar.

En este año que acaba, han hablado las urnas dos veces. Dos veces porque los lideres no han sabido responder a lo que han dicho. ¿Y qué han dicho las urnas? Elemental. “Han dicho que gobierne la izquierda”. La derecha ha quedado sin ninguna posibilidad. Por tanto, la derecha no tiene otro camino que favorecer la formación de un gobierno progresista. Lo contrario es una irresponsabilidad suicida y antipatriótica. Y la izquierda tiene la obligación de ponerse de acuerdo; de aparcar sus diferencias; y de ponerse a trabajar para hacer frente a los grandes retos que los errores del pasado han traído, tanto territoriales como sociales. Y además de quitarnos de fumar que es bueno, dialogar sin pausa, con libertad y tolerancia.

Pasado y futuro