viernes. 19.04.2024

Respeto a la Constitución

 

Hace ya algunos días que me prometí a mí mismo no hablar de la legitimidad del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Y es que uno se harta; da angustia, tener que demostrar todos los días que los pájaros no nadan, y que lo peces no vuelan. Los que defienden la Constitución a capa y espada, hasta extremos de autollamarse los “Constitucionalistas”, esos mismos, que la defienden cuando les interesa, le dan una patada en sus posaderas cuando les viene en ganas. Al oír lo que dicen a veces los “Constitucionalistas” entran ganas de reír o de llorar, según con el ánimo que te pille.

En España, como en la mayoría de los países europeos, tenemos un sistema de representación parlamentaria. Los ciudadanos elegimos a nuestros representantes, elegimos a los Diputados, y ellos en nombre nuestro, ejercen la soberanía. Para todo; para elegir al presidente del Gobierno, entre otras muchas cosas. Nadie vota a los presidentes del Gobierno. Ni a Pedro Sánchez, ni a Mariano Rajoy, ni a ninguno de los siete presidentes que ya llevamos desde la transición a la democracia.

El partido que ha sacado más votos, es evidente que tiene más fácil encontrar los apoyos para que su candidato obtenga la confianza de la Cámara. Y si obtiene mayoría absoluta de escaños es verdad que lo tiene “chupao”. Pero sea cual sea el resultado de las elecciones, son los Diputados los que votan, los que eligen al nuevo presidente, los que le otorgan la confianza para presidir el Gobierno del Estado. Por tanto no hay ningún presidente que haya sido refrendado por las urnas, ninguno. Y los que lo dicen día tras día, están faltando a la verdad.

La Constitución, en buena lógica, establece que si los Diputados son los que otorgan la confianza para presidir el Gobierno, son los mismos Diputados los que en cualquier momento se la pueden retirar. Cuando consideren que el presidente no es merecedor de esa confianza. Así es, y así debe ser; en España y en cualquier país de régimen parlamentario. Y a quien se le ha retirado la confianza, no puede esconder la realidad con inventos, no puede montar el indecente esperpento de esconder los motivos, la causa, de porqué se le ha retirado, con la milonga de la ilegitimidad. No insistan en la mentira. Un respeto a la verdad. Un respeto a la Constitución.

Respeto a la Constitución