viernes. 29.03.2024

Se derrumba el aznarismo

¿Pretendo endilgar a José María Aznar todo el hecho de la corrupción, -corrupción como corriente, como fenómeno sociológico-, de sus peculiaridades, de sus tramas, y de sus consecuencias? No. Se denomina “aznarismo” porque surge con él, quizá porque fue Aznar quien introdujo una manera de hacer política, unas estrategias, unas actitudes, que desde entonces, han impregnado la vida política, económica y social de nuestro país. Han acomodado, facilitado, el marco idóneo para la práctica de todas las corruptelas que estamos viendo, que estamos sufriendo. El culpable de todo acto corrupto es su autor, y nada más. Otra cosa es que analicemos las circunstancias que han favorecido esta invasión de actos corruptos encadenados en el tiempo y en el espacio.

La muerte de Blesa, y como se ha producido, debe servir para una reflexión pausada, pero eficaz. Una reflexión que tenga consecuencias, que sirva para enmendar ese camino que es tan antiguo como el hombre, pero que determinados

hitos de la historia lo han acrecentado, lo han hecho más grave, más extensivo, más dañino.

Eso que llamamos “aznarismo” tuvo su inicio, cuando José María Aznar, además de liberalizar y privatizar todo lo que tuvo a su alcance, puso al frente de esas grandes y decisivas empresas a sus amiguetes. No importaba si eran capaces o no de dirigirlas adecuadamente, no. Solo importaba que fueran amigos, personas de toda confianza. Así nace esa figura que tanto se ha extendido en los últimos años, a todos los niveles; cargos que se deben a quien te puso ahí, cargos que van acompañados de más o menos grandes privilegios; redes clientelares que solo saben decir: “Sí Guana”. Yo te nombro, yo te apoyo, yo te doy de todo; todo me lo debes a mí. Y a cambio te tengo a mi disposición. Siempre me pagarás con el “Sí Guana”.

¿Y qué futuro tienen esos personajes? Seguir chupando de ese bote, o de otro, pero chupando. O por el contrario llega un momento en que se acaba el chupeteo, y no se sabe asumir que aquello fue un espejismo, que ha llegado a su fin. Que no se sabe vivir sin esos privilegios, nunca merecidos. ¿La muerte de Blesa significará el fin del aznarismo? ¿Se ha iniciado el derrumbe de cargos clientelares? Está muy arraigado.

Julio García-Casarrubios Sainz 

Se derrumba el aznarismo