miércoles. 24.04.2024

Una decisión crucial

El día 20 de diciembre España decidirá si sigue la línea del progreso económico y la unidad nacional, o vira en redondo y se precipita en la peor galerna, y permite que se rompa su fuerte casco y acabe naufragando con efectos inimaginables y aterradores. 

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El día 20 de diciembre España decidirá si sigue la línea del progreso económico y la unidad nacional, o vira en redondo y se precipita en la peor galerna, y permite que se rompa su fuerte casco y acabe naufragando con efectos inimaginables y aterradores. Es verdad que el Partido Popular se vio abocado a tomar decisiones urgentes que supusieron duros sacrificios a los españoles, pero gracias a estos sacrificios España ahora se encuentra en una zona de despegue económico. Estas decisiones supusieron un ajuste doloroso que compartieron todos los españoles. Pero no haberlo hecho hubiera supuesto de hecho la quiebra de la Administración, y la pérdida de nuestra autonomía económica con la intervención. Pero España, gracias al PP, ya se encuentra en otra etapa que exige una nueva política económica. Porque el Partido Popular no propone en estas elecciones el continuismo de la urgencia, la emergencia y la racionalización perentoria del gasto, sino el despegue social y económico desde una base sólida de nuestra economía y nuestras Administraciones Públicas.

Si se vota al Partido Popular, España logrará tener 20 millones de personas trabajando, que permitirá conseguir y mantener el mejor estado de bienestar de Europa, con lo que éste conlleva en materia de educación, sanidad, pensiones y servicios sociales.

Si se vota al Partido Popular, España se mantendrá unida en su rica diversidad, y todos los españoles seremos iguales ante la ley, en cualquier parte del territorio en el que se viva, y tendremos los mismos derechos políticos, sociales y civiles. Sin una unidad incuestionable, careceremos siempre los españoles de un andamiaje seguro sobre el que podamos disponernos a edificar en serio nada. España no es cualquier territorio amorfo carente de historia y de futuro. España es hoy, por el contrario, uno de los pueblos que están más cerca de alcanzar una situación mundial, económica y política, envidiable. Uno de los pueblos que tienen más próximo y al alcance de su mano la posibilidad de una etapa espléndida si el PP sigue pilotándolo. Porque España no es sólo una trama de recuerdos que se deben proteger sino una tradición actualizada con el devenir histórico que tiene sus propias exigencias en la ciencia, la técnica, el desarrollo económico y la cohesión social.

El tiempo de los sacrificios ha terminado. Por ello en la época del enriquecimiento que ahora empieza conviene tener a los mandos de la nave del Estado al mismo capitán que nos sacó del peligro de rompernos en los escollos y arrecifes de la más grave crisis económica que hemos sufrido en los últimos sesenta años.

En materia de educación el Partido Popular apuesta por una educación inclusiva, comprometida con las personas que sufran cualquier discapacidad, duplicándose, además, las becas el doble en todos los niveles educativos.

En materia fiscal, y tras campear la galerna de la crisis, tenemos las ideas que siempre hemos tenido: que el mejor dinero es aquél que está en los bolsillos de los ciudadanos, por eso el PP ha bajado y seguirá bajando el IRPF. Ningún otro partido tiene una política agropecuaria tan bien urdida como el nuestro. Y es que somos un partido de vocación agraria, que sentimos especialmente el mundo de la agricultura, quizás porque en el campo permanece la hondura de la patria.

Hemos demostrado que sabemos hacer lo más difícil, llevar a puerto el barco español que naufragaba en una galerna que no se conocía entre ciudadanos menores de setenta años, y con esa confianza que hemos ganado del pueblo español, emprender ahora rutas de prosperidad. Voten al Partido Popular. Gracias.

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