Comenzaron ambos equipos defendiendo a media pista, examinándose y esperando algún fallo del rival. Y por ello, se adelantó el equipo albaceteño en los primeros compases del partido, cuando una diagonal a la espalda de una de las alas de los valdepeñeros rompía la defensa y dejaba solo frente al portero valdepeñero a Pedro Pablo, que hacía el 1-0 y provocaba la alegría del público local.
Se sucedían los fallos en el equipo del Valdepeñas. Fallos de concentración, fruto del nerviosismo que producen estos partidos de competición en los que ambos equipos saben muy bien lo que se están jugando. Pero el Valdepeñas aprovechó muy bien esos fallos, que también se producían en el equipo local y fruto de dos pases imprecisos, el equipo de Óscar lograba darle la vuelta al marcador con dos goles en dos contrataques bien ejecutados.
La segunda parte comenzaría con el dominio del equipo de la ciudad del vino, que disfrutaba de muchas superioridades numéricas en ataque. Superioridades que se producían por la buena salida de balón del equipo de Valdepeñas frente a la presión ejercida por El Bonillo.
En una de estas superioridades, el equipo vinatero pondría el 1-3 en el marcador. Pero no acababa ahí el partido, y es que en un pase diagonal fallido por parte de los azulones, el equipo local recortaba distancias a la contra por medio de Rubén, al mano a mano frente a Ricardo.
Se ponía interesante el partido con el resultado de 2-3 y la afición local apoyando a su equipo y presionando al Valdepeñas. Pero el Valdepeñas seguía disfrutando de numerosas ocasiones de gol claras, que no lograba materializar. Nuevamente, en una de estas ocasiones, los chicos de Óscar lograron meter el balón al fondo de la portería y ponían tierra de por medio nuevamente con el resultado de 2-4 a favor de los azulones. El Bonillo seguiría apretando la salida de balón de los valdepeñeros, y en una de estas salidas se produciría el definitivo y quinto gol del Valdepeñas.
En definitiva, emocionante partido el vivido en la mañana del sábado en la localidad albaceteña, del cual tienen mucho que aprender los valdepeñeros, que se dejaron llevar por el nerviosismo y se contagiaron del ambiente que produjo en su propio pabellón el equipo local.
