Lola Gómez Moreno
16 de octubre de 2015, 10:51
La fábula contaba la historia de "El perro que no sabía ladrar", un perro que no sabía qué sonido tenía que hacer y tropezaba con otros animales y reproducía sus sonidos. El objetivo de esta actividad, según Rosa Vélez, directora del centro "es hacer que los niños disfrúten escuchando cuentos y participando en él". Al terminar la actividad se les ha entregado un animal hecho con la técnica de globoflexia.