Porque hoy en día hacer ganchillo es una práctica casi desconocida para las nuevas generaciones, que suelen asociarla con los jerseys y las bufandas que tejen las abuelas. Por eso, y porque en el Instituto Francisco Nieva –en concreto desde su Departamento de Economía- quieren fomentar el emprendimiento participativo de sus alumnos, se han sumado a este movimiento de arte internacional al que han conseguido que se sume toda la comunidad educativa. “Implicamos a madres, padres, profesores, alumnos y a las abuelas, que también se animaron a echarnos una mano”, ha explicado la directora del centro, Mariló Pérez.
Entre todos, han ido tejiendo trocitos de ganchillo y hoy los están uniendo, colocados en los árboles de la calle Tomás de Antequera. Es el segundo año que hacen esta actividad, ya que el año pasado decoraron el Instituto.