La libertad, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra y el mar encubre; por libertad así como por la honra, se puede aventurar la vida y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
Los ciudadanos una vez más con nuestra gran mochila a la espalda, donde guardamos todos los miedos e incertidumbre, no nos queda otra que seguir caminando y afrontar un nuevo día.
En el corazón siempre estará guardado algo de esperanza, y que una vez por todas haya paz, y justicia que tanto ansiamos.