domingo. 28.04.2024

 

Resulta, que era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que al punto, apareció una confortable cama. El hombre se extendió sobre la misma y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera un masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje.

Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De súbito le asaltó un pensamiento: "Mira que si ahora un tigre me atacase" Al momento apareció un tigre y lo devoró.

Reflexión:
La mente no descansa. Genera constantemente pensamientos parásitos y nocivos. Incluso en las mejores situaciones, la mente se rebela a la paz interior y al equilibrio emocional, engendrando pensamientos y emociones desagradables, de insatisfacción, hostiles, envidiosas, codiciosas, etc.

Depende del grado de dominio de la mente, esta, producirá dicha o desdicha. Y como dijo el sabio Shankaracharya "Una nube es traída por el viento y por el viento se disipa nuevamente, por la mente se labra la esclavitud y por la mente también se labra la liberación".
Entrene su mente, cambie su cerebro.

El árbol celestial