viernes. 10.05.2024

Es un calzado para nada adecuado desde el punto de vista fisiológico, y por supuesto no desprende la seguridad necesaria para el profesional. 

Aclararemos desde un principio que como todo calzado no es perjudicial en un uso adecuado. El zueco abierto por el talón se debe limitar a profesionales que ejerzan una actividad que lo mantenga la mayor parte del tiempo en una “bipedestación estática”, con pocos desplazamientos y sin cargas de elementos de peso. 

Es en profesionales que realizan un constante desplazamiento o deambulación por su puesto de trabajo, en los que aparecerán los problemas podológicos que se irán agravando con el tiempo que se mantenga su uso.

Es un calzado que produce una inestabilidad lateral, propenso a originar torceduras bruscas de tobillo, caídas del profesional y a perderlo con facilidad por la falta de sujeción. Esta inestabilidad provoca compensaciones en la marcha o forma de caminar del paciente y por supuesto esguinces de tobillo. Los pasos se tornan más cortos; este acortamiento del paso genera una sobreutilización de la musculatura que realiza la flexión del tobillo, provocando la aparición de cansancio.

El uso diario, acompañado de las irregularidades de la marcha y las compensaciones que realiza el pie para no perder el zapato en la fase de vuelo de la marcha (en la que el pie está en el aire, sin apoyo), el pie intenta agarrar el zapato realizando una flexión de los dedos lo que provoca una deformidad de los dedos en garra. 

También debemos valorar los elementos estructurales del zueco, además de sus materiales de fabricación. La suela suele ser rígida, difícil de doblar, y junto con la morfología de la pala, provocan problemas en el correcto movimiento de los dedos respecto al empeine en el momento de despegue del pie del suelo. E incluso roces nivel del empeine por la altura de la pala.

Una de las características principales que debe poseer un calzado fisiológico es la existencia de contrafuerte o de taloneras resistentes que faciliten la acción amortiguadora natural de la grasa plantar del pie, y esto es una característica que resalta por su ausencia en este tipo de calzado laboral.

Por supuesto el zueco también es el responsable de la aparición de durezas (hiperqueratosis) en las zonas plantares y sobretodo en el talón por su exposición al aire. 

El calzado ideal para sustituir al zueco, sobretodo en el ámbito sanitario, debe ser funcional y confortable, con un contrafuerte que llegará justo por encima del talón. Debe adaptarse a los movimientos naturales del pie, facilitando la eficiencia de estos; con características que mantengan una correcta estabilidad, amortiguación y protección del pie, y con cierre, ya sea de velcro o con cordones.

El zueco: un peligro en el ámbito profesional