Es precisamente el contacto con virus, bacterias y otros microorganismos el estímulo más importante que genera un aumento de las inmunoglobulinas y los linfocitos para que el niño adquiera un nivel competente de inmunidad.
La forma más natural de aumentar sus defensas estará basada en las medidas para mejorar su salud. La higiene diaria, la alimentación sana y equilibrada, el ejercicio físico, los juegos, las horas de sueño, el calendario vacunal y los controles médicos en el pediatra serán los pilares en los que nos apoyaremos para evitar las infecciones y aumentar sus defensas.
En este sentido, llevar una vida ordenada y rutinaria, estar el máximo tiempo posible al aire libre, evitar los ambientes cargados y hacer ejercicio físico son actividades que aumentan la capacidad para defenderse de las infecciones y aumentan la inmunidad.
El deporte y la actividad física deben ser considerados actividades indispensables en la infancia, pues incrementan el aumento de talla y peso de forma natural, mejoran el rendimiento cardiorrespiratorio, aumentan el apetito y mejoran la calidad y cantidad del sueño estimulando los sistemas de inmunidad y aumentando las defensas frente a las infecciones.
Calendario de vacunas
Las vacunas tienen un protagonismo fundamental en la prevención de enfermedades infecciosas en el niño y sobre lo que se asienta la padiatría moderna.
Recién nacido: hepatitis B.
2 meses: difteria, tétanos, tosferina, hemophilus, poliomielitis, hepatitis B, neumococo y meningococo.
4 meses: difteria, tétanos, tosferina, hemophilus, poliomielitis, neumococo y meningococo.
6 meses: difteria, tétanos, tosferina, hemophilus, hepatitis B, neumococo y meningococo.
12 meses: sarampión, rubeola, parotiditis y varicela.
18 meses: difeteria, tétanos, tosferina, hemophilus y poliomielitis.
4 años: difeteria, tétanos, poliomielitis, sarampión, rubeola, parotiditis y varicela.
14 años: tétanos y difteria de adultos.
