Tras quedarme perplejo y a pocos centímetros del vehículo miré al suelo y me di cuenta del fatal error: el paso de cebra no se veía porque no estaba pintado. Así como va a parar el conductor del vehículo, es lógico, no ve que hay un paso de cebra, porque está pintado, sino más bien deteriorado.
El hombre se bajó del coche y vio, cuando se lo indiqué, que efectivamente había paso de cebra, pero no se veía nada solo “se intuía”, tras pedirme perdón reanudó su marcha y gracias a Dios, sigo sano y salvo.
Con las mismas me fui a ver si había otros pasos de cebra en la misma situación, algo que ya había visto en mis paseos por la ciudad, y cuál fue mi sorpresa cuando muchos de ellos estaban en las mismas condiciones, por lo que me permití el lujo de hacer fotos.
Entiendo que la pintura de los pasos de cebra se deteriora, pero lo que no es lógico es que lleven tanto tiempo así y el Ayuntamiento no haya subsanado ese error que puede costar la vida a los ciudadanos.
Lo primero es antes y se debería haber invertido en pintar en los pasos de cebra, en vez de en tanto paraguas, que sí que son muy bonitos y que están muy bien para el comercio y el turismo, no lo dudo, pero insisto en que “lo primero es antes” y pintar los pasos de cebra es un acto de seguridad ciudadana y una obligación del gobierno municipal. Porque si alguien cruza un paso de cebra sabiendo que está ahí y el que conduce un vehículo no lo ve porque no está pintado, al final puede ocurrir una desgracia de la que después todos nos lamentaremos, incluido el Ayuntamiento.
