Fernández hizo un repaso de la situación de la fiesta nacional en la ciudad encajera, a la vez que señaló que como aficionado se siente triste de que este año Almagro no cuente con festejo. Pero de igual modo animó a los organismos necesarios para seguir luchando por defender este arte.
En el eco de la noche resonaban los pasodobles interpretados por la Banda de Música encajera. Un repertorio muy variado, con temas como los populares ‘Fiesta Taurina’, ‘Plazas de Almagro’, ‘Manolete’, ‘Puerta Grande’, entre otros, y también contó con el estreno del pasodoble ‘Cagancho’ confeccionado por Juan Cuadrado y arreglos del director de la banda, Germán Huertas.
La escuela de tauromaquia aportó su granito de arena mostrando con los alumnos verónicas, chicuelinas, revoleras o delantales, para finalizar su intervención con el simulacro de entrar a matar al toro. Se ilustro al numeroso público asistente con una clase práctica que despertó las delicias de todos, pues llamaba especialmente la atención los niños más pequeños que con apenas 4 y 5 años reconocía e interpretaban a la perfección los pases taurinos que les pedían.
El momento más emotivo llegó al final con la proyección de la cartelería que ha pasado por este genuino coso a lo largo de toda su historia. Carteles que fueron donados por la familia Jorreto Colorado para esta ocasión y que trajeron a la memoria de todos los almagreños momentos muy especiales acontecidos en ese albero. A lo largo de todo el acto se recordó fechas señaladas y marcadas en historia almagreña como la incendió que destruyó la plaza y obligó en 1845 a construir una nueva. Como no podía ser de otro, modo también se recordó la histórica tarde del 26 de agosto de 1927 cuando Cagancho vino a visitar a la ciudad de los encajes. En definitiva se realizo rendida cuenta de los 170 años de vida de esta plaza.
