El grupo estuvo acompañado por expertos e investigadores de distintas áreas, como Miguel Mejías, investigador del Instituto Geológico y Minero de España, y por Luis Benitez de Lugo, profesor de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y de la UNED, así como por profesores e historiadores locales.
Varias decenas de ingenieros de caminos, junto con arqueólogos, historiadores y otros destacados profesionales, se trasladaron desde Madrid y otros puntos de la Mancha para estudiar en profundidad las Motillas de Azuer y Retamar, el castillo y presa de Peñaroya, y las Lagunas de Ruidera. Formaban parte del grupo de viajeros Miguel Aguiló y Florentino Santos, ambos catedráticos de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, y figuras relevantes del mundo de la Ingeniería Civil en España.
Las Motillas manchegas, pozos amurallados de la Edad del Bronce, serían aparentemente los aprovechamientos de aguas subterráneas más antiguos de la península ibérica y conformarían una extensa red de infraestructuras hidrogeológicas prehistóricas, que está aún en proceso de investigación científica. Desde el punto de vista de la ocupación del territorio, las Motillas manchegas serían sin duda los primeros espacios amurallados encontrados hasta ahora en nuestro país.
La fortificación medieval de Peñarroya, junto a la presa y embalse homónimo, marcan un hito histórico y paisajístico de singular encanto en este cervantino lugar de La Mancha. A pocos kilómetros de este bastión de la Orden de San Juan, que fue escenario de duras reyertas, se sitúan los apacibles humedales fluviales de Ruidera, frágiles lagunas entrelazadas e hilvanadas por delicadas formaciones de calizas tobáceas, el comúnmente llamado travertino. Estos dieciséis humedales componen, junto con la presa y pantano de Peñarroya, el espectacular Parque Natural escalonado de las Lagunas de Ruidera.
Durante el trayecto de vuelta a Madrid, ya en el autobús, seguía indeleble en la retina de los viajeros la misteriosa belleza de las Lagunas de Ruidera y el prodigio arquitectónico de las Motillas. Y más de uno se preguntaba desolado por qué no se cuidan más estos espacios únicos.
María Luisa Delgado Medina (Presidenta de la Fundación Ingeniería y Sociedad)