Aunque el encuentro tenía que ver con el amor, tan propio de esta efeméride, habló de la poesía como “una tabla de salvación para mucha gente en estos momentos que vivimos”. Sobre todo el verso social, de protesta. “El poeta no puede permanecer pasivo ante los problemas de este país”.
Díaz-Cacho, que siempre lleva a gala su condición de juglar del siglo XXI, aceptó participar en esta cita junto a su amigo Luis Romero de Ávila, otro poeta de siempre, y Antonia Muñoz López, aficionada a escribir en verso desde que era una niña.
Vienen siendo habituales los recitales de ambos “Luises”, sobre todo tras la formación del grupo Oretania, que reúne a una veintena de poetas de toda la provincia. El alcalde de La Solana es el promotor de esta iniciativa, que hace poco parió su primer libro: “La palabra herida”. Se trata, precisamente, de un poemario de poesía social, en su opinión muy necesaria hoy en día, “la poesía de denuncia no puede faltar en este tiempo”.
Un atril fue el sencillo escenario para un recital que, en esta ocasión, habló de amor. Cómo no, tratándose de San Valentín.
