Estos días se está hablando mucho del pacto al que han llegado PP y PSOE, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, sobre la reforma constitucional y la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Creo que en una situación como la actual unirse en defensa del Estado, es prueba de responsabilidad. El Govern de la Generalitat ha tenido la ocurrencia de dar un golpe contra el Estado, y para ello no han escatimado nada, ni en cuanto a cometer ilegalidades, ni sobre la exposición al más esperpéntico ridículo. Sobre la encrucijada en que se ha metido el independentismo hablaremos otro día.
Ahora voy a centrarme en la reforma de la Constitución. He repetido en varias ocasiones que la Constitución del 78, su marco constitucional, nos ha dado muy buenos resultados. Pero hemos cometido el error de que como ha sido buena, da miedo tocarla, y no la hemos ido adaptando a las circunstancias, a los cambios, a los nuevos tiempos. El conflicto territorial es un ejemplo palpable. Y más cuestiones, aparte del Título VIII, que debíamos haber revisado permanentemente. Si no lo hacemos, nos irá explotando en las manos de cuando en cuando.
Hay que recordar que la Constitución del 78, se aprobó con el consenso de todos, menos de la entonces Alianza Popular, hoy Partido Popular. Después, han sido los que se han mostrado como los más defensores de la Constitución. Siempre que se ha hablado de una reforma, el Partido Popular se ha opuesto, con el argumento de que lo que da buenos resultados no hay que tocarlo. La congruencia ha brillado por su ausencia. Pedro Sánchez ha conseguido convencerlos de la urgente necesidad de reformarla, sobre todo como solución al encaje de Cataluña.
¡Cuidado con los pactos con el PP! ¿Se acuerdan Vds el trabajo que le costó a Zapatero convencer al PP para llegar a un pacto antiterrorista? Al final lo consiguió. El primer punto del acuerdo decía que el terrorismo nunca se utilizaría como arma arrojadiza entre los partidos. No pasó ni un cuarto de hora, y Rajoy le dijo en el Congreso a Zapatero: “Vd. ha traicionado a los muertos” “Vd. está vendiendo la soberanía de Navarra los etarras”. Un partido que no quería la Constitución, un partido que después no quería reformarla, un partido que ahora pacta reformarla…, no es fiable.